viernes, 8 de abril de 2011

I FEEL SO GOOD TO BE BACK

Puede parecer  iluso a la vez que transversible que no tenga ni idea de lo que estoy diciendo. La mayoría de las personas no saben lo que dicen, verdaderamente piensan que hablando de una determinada manera o forma, la gente les va a escuchar más. Sinceramente, porque grites más no te voy a escuchar mejor. A través de los años, me he dado cuenta de que, no por mucho hablar significa que sabes más o menos, ya lo dijo Aristóteles: “ El sabio no dice todo lo que piensa, pero sí piensa todo lo que dice”. A la vez que también lo dice un proverbio irlandés : "Elogia el campo maduro, no el maíz verde." Soy una persona que respeta mucho a los mayores, más que nada porque han vivido más que yo, siempre te dirán algo que no sepas, porque aún no lo has vivido. Es extraño el avance que tienen algunas personas con respecto a la vida. Algunos, van dando pequeños pasos, tambaleandose, buscando el equilibrio, pero cuando parece que lo consiguen, se caen y vuelta a empezar. Otras, sin embargo, consiguen mantenerse en un continuo movimiento. A veces se tropiezan y caen, pero siempre sacan fuerzas para levantarse y aunque empiezan unos pasos más atrás de donde iban, siempre consiguen remontar y seguir un camino fijo. Finalmente estan las personas como yo, que venden su alma al diablo por unas dosis de adrenalina, que ya le da igual caerse o levantarse, que ya no importa quien esté o no esté a su lado. Alguien como yo ha aprendido que si quiero que me echen una mano, tengo una al final de mi brazo. Me enseñaron que la vida no es un camino de rosas, a base de palos, tantos físicos como psicológicos; uno se va haciendo la persona que se convertirá en un futuro.

Pasa el tiempo y me doy cuenta de que las heridas, nunca cierran del todo. Es como cuando te das un golpe. Al principio siempre duele, pero después con el paso del tiempo, a no ser que te roces esa zona, pasa desapercibido. He aprendido que a pesar de que a veces hagamos como que no nos duela, siempre queda ese resquemor. Y con el tiempo te acabas acostumbrando a que las personas, incluido tú intentas esconder ese resquemor, pero no tiene nada malo, porque no va a pasar nada malo si consiguen verlo. Estoy seguro de mí mismo, sé que soy capaz de soportar y simplemente disfrutar de lo que tengo y no de lo que ya no tengo.

Un señor me quiere comprar mi libreta, mis blogs, quiere que escriba para él. Yo le he dicho que no, porque todo lo que tengo no esta en venta. Además, siempre he sido un filósofo de la calle, no de cheque. Escribo para que la gente me lea, no para que me compre. Porque yo no tengo precio, ni estoy en venta, bajo ninguna circunstancia. Escribo por placer, no como una obligación y nadie nunca me ha obligado a hacer nada que no quiera hacer.