martes, 22 de marzo de 2011

SS

Es extraño volver a ser aquel que una vez quise destruir, volverme a sentir como me sentía antes. Mis pequeños secretos de la vida, que sería yo sin ellos. He vivido mucho para la edad que tengo y desde que nací, los problemas han andado conmigo de la mano. Pero como siempre digo, nunca llueve eternamente, he encontrado un punto de no estabilidad pero sí paz, a lo largo de mis días. La tranquilidad de que cada vez que me acuesto, el sol volverá a salir, que le daré los buenos dias a mi abuela, que esperaré a que salga la galleta par, que me miraré al espejo y me daré cuenta de que cada vez me gusto menos, la tranquilidad de que mis canciones me acompañaran durante la subida de mi cuesta de instituto, de que llegaré y todos me miran como diciendo "mejor no hablarle hoy que no tiene pinta de estar muy contento", de que alguien se saltará esa regla y vendrá corriendo a darme un abrazo por la espalda, sacandome de la rutina... Ese abrazo, puede parecer una tontería, pero no lo es, mientras todos ven alguien con el que no se debe hablar, ella ve alguien que por muy malo que sea, nunca la rechazará en ese abrazo y tiene razón. Pone mucho de su parte para que esto salga bien, una pena, no quería hacerle daño. Ahora mismo, sólo nesecito a mí mismo, estar con ella esta bien, se esta a gusto. Porque para que ponerle un nombre a lo que somos, siempre me ha parecido una tontería. Pueden prometerse acciones, pero no sentimientos, porque éstos son involuntarios. Quien promete a otro amarlo siempre u odiarlo siempre o serle siempre fiel, promete algo que no está en su mano poder cumplir; lo que puede prometer son actos o manifestaciones, que si bien ordinariamente son consecuencia del amor, del odio, de la fidelidad, pueden también provenir de otras causas, puesto que caminos y motivos diversos conducen a una misma acción.


Por ello no se pueden prometer sentimientos, porque como siempre he dicho nada es terno, nada dura toda la vida, a lo largo de toda mi vida mucha gente, se promete el amor eterno, el que nunca se van a separar, todo una gran mentira que se deja llevar por los sentimientos del momento, no de las razones escritas. No nacemos para vivir temiendo a la sociedad sino para enfrentarnos a ella, las razones, no hay razones, nacemos para eso punto. Para Aristóteles, todos poseemos una función, una función que nos marca de por vida, y esa función es la única manera de conseguir lo que verdaderamente queremos todos los seres humanos... la felicidad. Felicidad, felicidad, felicidad, busquenla, no dejen que ella os encuentre a vosotros, sino estareis perdidos. Aprendan lo que vale la pena y lo que no, renuncien a lo que verdaderamente creeis que debeis renunciar, lucha por lo que creas y siempre por tus sueños. Rie cuando puedas y llora cuando lo nesecites, no serás menos hombre o mujer por ello. No sé, supongo que cuando uno nota que en su interior algo cambia, suele mandarle señales, pero se aplacan rápido, a veces escribo cosas sin sentido, pero esque esto no está para que nadie lo entienda. Quedará guardado, todo esto, todos mis pensamientos, esto es tan sólo una mínima parte de mi interior, pero lo que la gente no sabe, es que hay pedacitos de mí esparcidos por todos sitios. He dejado momentos, recuerdos, olores, besos, caricias, abrazos, saludos con la mano, miradas, risas, bromas, reflexiones. Siempre y eso, no hay nadie que pueda borrarlo.