sábado, 19 de marzo de 2011

PÍCARO

" Eres un chulo, vives al marjen de todo y con tus chaquetas pareces alguien al que no le importa nada, la imagen de un rebelde, lo que nos gusta a las niñas. Ese talento de ser un pícaro, mezclado con tu sonrisa, eso gusta, y yo no soy la exepción. Ese misterio que te rodea, esa sensación de que cuando estan a tu lado se sienten seguras, cuando todo lo que te rodea a tí es peligro. Marcas en tus nudillos de las peleas y por último la espalda marcada, las rodillas y los codos, equivalente a una caída por ponerte hacer el gilipollas con una moto sin carnet, pero te da igual, porque eso en parte, es lo que te recuerdas que estas vivo. No te importa que los demás sufran cada vez que caes, no te importa que los demás sufran cada vez que te vas, a tí, no te importa nada ¿ verdad ?. "

Palabras acertadas como tiene siempre para alguien como yo, este tiempo de estar desaparecido me ha servido de mucho, moviendome de un lado para otro, mientras que mi móvil no dejaba de sonar. Porque una vida como la mía no tiene un descanso, alguien se encarga de echar granadas a tu alrededor, mientras que ve como tu las vas recojiendo y echando lejos, a miles de millas de distancia, pero llega un momento que explota una y te deja inactivo, por un tiempo. Y así fue como en una moto a toda velocidad, se cruzó un coche delante y yo salí disparado por los aires, hasta el punto de que no sé como lo hice pero empecé a rodar, mientras notaba lo desgarros de mi piel y se iban abriendo antiguas heridas echas al cojerme detrás de una moto con el skate. Pero me levanté, mientras que el conductor me preguntaba si estaba bien, yo cojeé cojí la moto a lo que el conductor me cojió del brazo para llevarme al hospital, me desfacé de él con un empujón y sin más desaparecí de allí. Lo que más me preocupaba no eran las heridas, al fin y al cabo se curarían, sino que tenía que arreglar la moto antes de dos horas. Aceleré por la avenida marítima a toda velocidad, mientras iba viendo los desperfectos de la moto, rasguños y un espejo roto, los rasguños eran secundarios, el espejo tambien, lo que no me gustaba es como estaba sonando el motor. Llegué a mi casa, y empecé a arreglarla, el motor se debía a un fallo del embrague, la marcha estaba crujiendo, eso me llevó una hora y media, mientras que lo demás 20 minutos. Las ropas estaban manchadas de sangre, y se me habían pegado a la piel, entrecerré los ojos al quitarmelas, dolió. Después las metí en la lavadora, mi madre no podía ver los rastros de sangre. Y mientras me duchaba llegaron, el agua recorría mi cuerpo, las heridas, pero no lo notaba, el agua fría creaba insensibilidad en mi piel. Me vestí y automáticamente, volví a salir.

Y todo esto hubiera pasado desapercibido si no llega a ser porque el tío con el que choqué era amigo del padre de alguien. Alguien que me conoce tanto, que supo de inmediato que era yo, y no hizo otra cosa que pedirme explicaciones. Y de todo lo que me dijo tiene razón en todo, no se lo discutí. Me encantan las mujeres, todas ellas, me encanta sacarlas de quicio, me encanta ser indiferente con ellas, me encanta estudiarlas, verlas. Cada reaccion es un mundo, cada movimiento tiene un sentido. Me gusta que me digan que soy un chulo, es la imagen que intento dar, aún sabiendo por denttro que yo no me llevo a chicas por mi cara, sino por como las trato. La mentalidad con la que trato a una mujer es: es una perra, hasta que se demuestre lo contrario. Y aunque me demuestre lo contrario, no soy de los que deja desarrollar sus sentimientos ni de los que se quedan para siempre, ni siquiera de los que se quedan muchos meses. Normalmente con decirle 5 palabras bonitas una mujer cae en tus brazos, ese sería el típico método. Pero yo me tomo el arte de seducir, no como arte, sino como juego. Podría hacer siempre lo mismo y posiblemente tendría éxito, pero no el mismo. A cada mujer le doy algo que no ha visto nunca, que no ha experimentado nunca o que no ha hecho nunca. Con las mujeres lo único que hay que hacer es hacer que se sientan especiales cuando estas con ellas, aunque después cuando acabe la cita, lo único que tengas ganas es de jugar a la play y no el estar con ellas. Pero por esos momentos , la hicistes sentir única, y no hay nada más maravilloso que eso para una mujer, que ella ssientan que no son una más de la lista, que se sientan alguien aunque para tí no lo sean. Tienes que dejar que una mujer caiga en tus braos, sin que tu caigas en sus manos. Y yo seguiré con esta vida que me ha tocado vivir, llena de adrenalina, hasta el punto de tener esa sensación de no tener nada que perder ¿La conocesis? Y es peligroso, pero me siento intocable, como si nada pudiera perturbarme, nada, durante este tiempo he escrito mucho, me he relajado, noto como mi interior, vuelve a ser el de antes y estas sensación por una vez... me gusta.

Ah y me gusta ser.. un pícaro jajajaja