sábado, 12 de marzo de 2011

OFF

Y allí estaba, mientras él salía de su partido de futbol, me quedé obserbandole, mirandolo, de lejos, mirando cada uno de sus pasos, en apariencia sólo era un chico sentado en un banco mirando al móvil, lo menos que se podía imaginar es que lo estaba vigilando, estaba pendiente a sus movimientos. Pero ahora caminaba desconfiado, nuestro último encuentro le había cambiado. Ella sospechó que yo tenía algo que ver, pero no directamente, ni se lo negué ni se lo afirmé, pero lo que estaba claro es que a partir de ahí había cambiado, con ella y él mismo, parecía estar atento a todo, La capucha que llevaba puesta evitó que me reconociera, sólo era un rastreo, lo suelo hacer siempre, para ver si verdaderamente ha servido de algo, ella está bien, a gusto, la trata bien, la hace feliz, yo no tengo ningún problema en aceptarlo, de hecho con sinceridad, me alegro. Sé que ella siempre me querrá, por muy feliz que la haga, pero yo no puedo hacerla feliz, él, lo hará. Se me ocurrió ir, después de pasarme una noche entera jugando al call of duty, aún teniendo los efectos. Decidí bajar, y cojí la moto.

Me puse una sudadera y una térmica, el aire me molestaba, automáticamente, me puse el casco mientras la canción Bandoleros sonaba en mi cabeza, no sé pero siempre me pasa cada vez que conduzco, me la tengo tan memorizada, que automáticamente suena en mi cabeza, un bandolero.. jaja El motor rugía como una bestia, sabía a donde tenía que ir, sabía en que equipo jugaba, y hoy es sábado, toca partido. Así que encendí las luces y brrrrrrrrrrrrrum. Ojalá las mujeres se dejen domar así, me resolverían muchos problemas. Acelero en dirección a la pista, mierda, hora punta, la gente a esta hora va a trabajar, tube que meterme por el arcen, y para los demás coches sólo fuí una fugaz luz que pasó a su lado, me desvié y bajé hasta Guanarteme, y estaba vacío, lo siento 110, me lo ponen a huevo, el motor me pedía más y yo se lo dí. La moto temblaba, iba al máximo por una recta, pero eso estubo a punto de pasarme factura. Divisé un descansillo, dos opciones por mi cabeza: o acelerar y arriesgarme a que clave y salga por los aires, o frenar y salir por los aires. Opté por lo primero, y le dí más revoluciones y esperé a cambiar la marcha en el momento clave, así fué salí por los aires, pero la moto voló conmigo, fueron apenas dos segundos... pero me dieron la vida de años. Y con un grito de euforia, me dirijí hacia los campos de la ballena. Aparqué la moto, me bajé y el partido quedaba una hora para que empezara. Me senté como un espectador más, y simplemente esperé. Defensa, lo suponia por lo alto que es, juego agresivo y bastante sucio en el campo. Bastante torpe, pero distribuia bien el juego. De repente, apareció por la grada una silueta, mierda. Me tapé con la capucha, esperaba que no la reconociera, no, esa no la había visto. Fue entonces cuando decidí, salir disimuladamente, y me senté en un banco de afuera, y allí sólo pude ver que estaban bien, que ella parecía feliz.. y en mi corazón sentí una punzada de dolor, y la miré una vez más, y ella notó que la estaba mirando, porque miró hacia el banco, pero demasiado tarde... ya yo no tenía nada que hacer allí..