jueves, 3 de febrero de 2011

Y es entonces cuando el joven caballero, que ya no tiene espada, no tiene armadura y no tiene un caballo sobre el que montar. Sólo tiene cicatrices en su cuerpo por una lucha que no le ha llevado a nada. Es entonces cuando se sienta a descansar y se olvida de todo, por mucho tiempo, como las hibernaciones de los osos.