domingo, 27 de febrero de 2011

FACE DOWN

Cada día, es diferente, se me presentan nuevas problemas que todos esperan que resuelvan, la mayoría de las veces, no defraudo. Siempre tengo una solución para todo, siempre he sido así, implacable, y con la cabeza fría, cuando tengo que serlo lo soy, tan frío como el metal, frío metal. Me levanto cada mañana pensando como sería vivir una vida como esta, es extraño verdad ? No puedo hacerlo, me encanta mi vida, no podría imaginarmela más tranquila, ni más bonita, ni más como un cuento de hadas. Cada día vivo una situación límite, me levanto de la cama dando un salto mortal. Y cada noche miro las estrellas, son hermosas. Y durante el día, tengo que afrontar situaciones que requieren a personas como yo, nadie podría hacerlas salvo yo y como sólo yo sé hacerlo. Vivo para esta vida, la de la calle, nací para esto y aunque es un mundo peligroso y muy difícil de esconder, no he podido evitar lo primero pero si lo segundo. Nadie puede sacarme de aquí, más que nada porque no quiero. Y puede que las peleas, el no fiarte de nadie, el que siempre estes mirando atrás, el que mantengas la compostura cada vez que ves un coche de policía, no sean el mejor modo de vivir mi vida, pero es el que he elejido. Nesecito la adrenalina que me dan esos momentos, y ahora mismo no puedo sustituirlo por otras cosas. Tengo mujeres, tengo dinero y un nombre. Pero también digo, que todo eso es secundario, nada de eso me importa en realidad, ultilizo a las mujeres como juguetes que son, hoy me gustas nena ya veremos mañana, esa es mi frase. El dinero, sólo consigue imitar mi felicidad, si fuera ignorante la tomaría como tal, pero por desgracia soy demasiado inteligente. Y un nombre a base de pegar ostias, no es un nombre, la gente puede temerte, pero al fin y al cabo, no sirve de nada que te teman si no te respetan.

Y a mí, se me ha concedido el don de la palabra, muchas veces no me hace falta recurrir a la violencia para conseguir lo que quiero, con una simples palabras, pulsando las teclas adecuadas, todo sale. Y quien lo diría, alguien que sabe escribir, un delincuente juvenil. Soy una caja de sorpresas supongo, nunca se me conocerá por completo, ni siquiera un cuarto de lo que soy. Soy un filósofo de la calle, pero no un poeta. A mi no me va el sentimentalismo de denunciar las cosas por las letras, mi manera de ver la vida es mucho más abierta, pero a la vez radical, si no estás conmigo, estas contra mí. Aún así, me sorprende cada vez que alguien me discute algo, me gusta mucho, obserbar como las personas buscan argumentos y consiguen sacarlos es algo que me fascina, es lo mejor que tiene el ser humano junto con los sentimientos. Una pena que las personas no sepan valorarlos. Al contrario de lo que todo el mundo piensa, le doy mucha importancia a los sentimientos, el que no los sienta de la misma forma que los demás no significa que no los tenga, estan ahí, simplemente más apagados de lo habitual.

Aunque todos tenemos, un sitio donde evadirnos. Algunas personas en un campo alejado de la mano de Dios, otros conducen, otros en la Iglesia. Para mí, la mayor forma de evadirme es el ejercicio. Siempre tengo un hueco para el gimnasio, haga lo que haga, tenga lo que tenga que hacer, voy muy tarde. Pero voy, cumplo cada día con la tabla del músculo que me toque ese día. Tres series, cada una de ellas de 12, 10 y 8 repeticiones, con el máximo peso posible. Llega un momento que parece que los músculos van a rajarse del dolor y los pulmones no pueden contener más la respiración, pero cuando consigues levantar la barra, en la ultima repetición tu solo, el pecho se te hincha de orgullo. Te miras los brazos hinchados con chulería y te miras al espejo como un gallito. En el gimnasio no se hacen amigos, pero si compañeros, siempre te ayudan, aunque a la hora tan tarde que voy yo siempre hay dos, suelo hacer los ejercicios con ellos y al terminar siempre nos picamos a ver quien hace más abdominales. Ellos tienen más masa múscular, pero yo más fibra, por lo tanto siempre consigo ganarles, tambien peso mucho menos que ellos. Se comparten siempre risas y bromas, que te hacen olvidar que por un momento, la vida que tienes. El dolor de los músculos te ayuda a olvidar, y el agotamiento a dormir. Llego a casa, me preparo el batido de aumento de masa y sigo haciendo ejercicio, para poder dormir, me ducho con agua entre caliente y fría en periodos de tiempo, porque leí en un libro que ensanchaba los hombros y después lo consulté y era verdad. Y siempre antes de dormir, me pregunto si estoy haciendo lo correcto..
Las personas, no nacemos para estar en un mundo equivocado, mantener la compostura y nacer de hijos de dioses. No somos hijos de nadie, nadie nos cria verdaderamente, nadie es capaz de hacernos personas, a base de golpes se aprende y abase de rimas se comprende, el mantener todo en la justa medida equivale a que el vaso se desborde, siempre es asi, mantenerse en el límite puede equivaler a que te pases de la raya y mientras weeeeed suena todo esto se convierte en pensamientos enrredados.

sábado, 26 de febrero de 2011

ALMA DE GUERRERO

Mi abuela me dijo una vez que nunca había tenido un nieto tan malo como yo, pero a la vez con tan buen corazón. Supongo que la pobre mujer se ha llevado muchos disgustos de mi parte, para desgracia para mí, esa mujer no se le puede ocultar nada, de hecho es la única mujer de mi vida a la que no puedo ocultarle nada. Mi abuela se entera de todo, con quien ando, que hago, que lios me meto, que fumo, que bebo, que robo, que cojo, a quien pego, quien me pega, todo. Entrar por la puerta de su casa cada noche se basa en una mirada que me dice vete a dormir, mañana hablamos. Mi abuela sabe que todo lo que hago lo hago por una razón, sabe que siempre tiro adelante con todo, y ella me ayuda, me da algún dinero con el que puedo pagar algunas deudas, pero muchas veces ese dinero crea más deudas. Aún así, siempre está ahí, se enfada y me ha hechado más broncas que mi madre, también le importo más. Pero siempre está ahí, ella me ha curado cuando llego a su casa después de que me hayan dado una paliza y se ha pasado el fin de semana entero curandome, para que ya no queden heridas para el lunes. Ella ha estado ahí para cuando nesecitaba desaparecer de todo, ofreciendome su casa, dandome comida y alojamiento. Una mujer sufridora, luchadora como ninguna jamás he conocido. Desde pequeño es lo que me ha inculcado, esa sangre, de luchar siempre y renunciar a lo que no es bueno para uno. Nunca le he faltado el respeto, ni le he gritado. Es una señora, se la trata de usted y se le ayuda en todo lo posible. Por eso los día en su casa son relajados.

Mi vida acostumbrada a estar al límite, fuera de la legalidad, ultimamente con oleadas de violencia y siempre llevandolo todo en el más estricto secreto, cuando llego a casa d emi abuela, es como recuperar la vida que me fue quitada. Friego, veo la tele, y me relajo, una vida normal ? Pero claro está, la vida normal a mí en pequeñas dosis, porque no va conmigo. Todas las mañanas salgo de su casa, y siempre me dice lo mismo. Te cuidado mijo. Y yo le respondo, gato malo nunca cae de cabeza abuela. Ella me responde con un ai dios coño jajajajajaja. Al fin y al cabo es la mujer de mi vida, ella es la única que me ha dado sin pedirme nada a cambio, todo lo de ella es amor y aunque sabe que mi modo mi vida no es el correcto y que posiblemente un día pueda pasarme algo grave, sé que ella siempre va a estar ahí. Y aún recuerdo cuando me dijo llorando que dejara este mundo en el que estaba metido, que sólo me iba a traer desgracias, sus lágrimas cuando me curaba el ojo que se puso 5 veces más grande de lo normal. Y no paraba de decir, un día me lo matan, un día me lo matan. Pero ella sabe que es la única manera de sacar todo adelante, y las cosas no me van mal del todo, dentro de lo que cabe, siempre he tenido facilidad, me crié en un mundo así. Y todo lo que ha sufrido esa mujer por mí, no lo hará ninguna en lo que me queda de vida, porque ella tiene algo dentro, y me da miedo de que conociendome a mí, le hagan daño, pero entonces sí, que no abrá nada que hacer, porque me pueden romper los retrovisores de la moto, que ya es, amenazas en el movil, que tambien, pero eso conmigo no tienen nada que hacer, pero mas les vale, que no la toquen, ni mirarla, porque entonces sí que soy capaz de cualquier cosa. La calle, me ha hecho así, y por ello no le temo a nada, ni a nadie. Alma de guerrero.

miércoles, 23 de febrero de 2011

CALLE

Poca gente conoce mis orígenes, de hecho sólo mi familia sabe todo lo que han tenido que pasar conmigo. Me crié en un barrio bastante conflictivo, en donde desde pequeño tenías que aprender a responder con los puños, sino te quitaban el juguete. En mi día a día veía a drogadictos con mono, sin mono y con cualquier tipo de animal. Tirados en mi portal, en el parque. Era pequeño pero aún recuerdo el que atacó a mi padre. Apareció de imprevisto, pero para su desgracia, vino a atracar al hombre menos adecuado, un ex-boxeador que ahora se ganaba la vida de ingeniero, la apariencia perfecta. Y aún recuerdo que mientras fuí creciendo, cada vez me iba juntando con peores compañías, no probé ninguna de las drogas que se ultilizaban allí. Al fin y al cabo sólo era un niño, pero no había día que no llegara a mi casa con un ojo hinchado, un chichon en la frente o un labio roto. Al fin y al cabo, se trataba de la ley del más fuerte y a esa edad un chico de 8 años contra uno de 6 se notaba. Pero, después d eun tiempo, y con el respaldo de los grandes, conseguí hacerme un hueco en su grupo. Aún recuerdo cada puñetazo que me dieron y que dí, eso era la calle.

Poco después me mudé, a una casa que se podría nombrar como elegante, a un barrio donde nada tiene que ver, fue cuando me aislé, pero ese pequeño delincuente juvenil siempre ha estado en mí. Tengo muchos piques en secreto, no soy de los que llaman a amigos cuando tienen un problema. Si me ligo a la novia de un tio que parece un armario, debo afrontarlo, y por supuesto que me plantaré ante él y le pegaré. Porque la vida me ha enseñado que no por ser más grande y más fuerte, puedes ganar. Y yo soy el vivo ejemplo, he tirado a tios con el doble de peso que yo. Y eso no se aprende en un gimnasio, ni cojiendo pesas, eso se aprende de todas alas experiencias vividas en la calle, ese de no tener miedo a nadie, te conviertes en una bestia y cuando estas delante de él te ciegas y no entiendes a razones. Sin embargo, siempre he mantenido esa habilidad de mantener esto al marjen con mis amigos. Ninguno de ellos me han visto pelearme ni una vez, son cosas que resuelvo solo, si tengo un ojo hinchado me caí y si me sobresale el hueso del nudillo me cabreé con mi padre y le di un golpe a la pared. Siempre con un respeto, porque mi padre muchas veces me ha pegado, pero en ningún momento he respondido, él me dió la vida. Las otras personas no tienen importancia y si me buscan, me encuentran y como toquen algo que me importa recorreré cielo y tierra para hacerselo pagar.

miércoles, 16 de febrero de 2011

PUM

Solo me basto un mensaje a las 2 de la mañana y posteriormente una llamada informándome de las situación para que tomara las decisiones que tomé. Después al despertarme, me tomé el batido de proteínas que me estoy tomando todas las mañana para aumentar la masa muscular, y unas cuatro galletas. Fui al instituto y lo de siempre, oculté a la perfección mi gran plan para la tarde. Termine de comer, la dieta, me está matando, acostumbrado en comer pocas veces en grandes cantidades este cambio de alimentación, de comer cada dos horas me produce pequeñas molestias, pero me dio igual.  Cojí la moto, sabía a que hora salía, en que momento salía y en donde tendría que esperarle. Fue fácil, en efecto tenía buenos informadores en esa zona. Era alto, más de lo que pensaba, y corpulento un poco más que yo, pero lo que más sorprende es la altura, cerca del 1,90. Lo primero que pensé es que ya se los podría haber buscado más bajito, pero no le dí importancia, siempre me han dicho que los grandes troncos se cortan por lo bajo.
Siempre con un grupo de amigos, le seguí entre las calles, no notó que estaba allí hasta el momento que se separó del grupo. De hecho no notó que estaba allí, hasta que le propiné el primer golpe. No tardé mucho en acercarme a él, por la espalda claro está, con el factor sorpresa. Fue entonces cuando le cojí con el cuello a golpe de mataleón, estrangulándolo con todas mis fuerzas, y le dije suavemente al oído “ te enseñaré a tratar bien a una dama, hubiera sido cualquier otra y me hubiera dado igual, pero es intocable, entiendes? “ Y seguidamente antes de que pudiera reaccionar de ninguna de las maneras, lo tire al suelo y le pegué un patada en la barriga. Y después no ví nada más, mis puños buscaban la parte en la que no hubiera sangre, nariz, boca, mi objetivo, sacar la brecha. No paré a pesar que él me lo pidió. Y cada vez le pegaba con más fuerza, y con más rabia aunque el consiguió darme unos golpes en la cara que consiguieron inflamarme el pómulo, fruto de la desesperación. Lo tenía puesto de tal manera que sólo pudo esperar a que yo parase. Fue entonces, cuando las cicatrices cerradas de mis manos, empezaron a sangrar, y yo no podía dar más golpes, ni él recibirlos. Fue entonces cuando él tendido en el suelo, estaba perfecto, para pegarle un giro en la cara. Pero no lo hice, era suficiente y no quería que la avaricia rompiera el saco, aunque aún tenía ganas de pegarle.
Fue entonces, cuando me di la vuelta y empecé a caminar, tenía dos delitos aquella tarde, conducir sin carnet y haber pegado a una paliza a un civil. Pero yo siempre he sido muy discreto, como otras tantas veces, el tío no sabe quien soy y la gente sólo me mencionará en la mesa mientras come como un loco con la moto pasó a mi lado “enfondiao” . Formaré parte como un pequeño cambio en sus rutinas y en algunos casos ni eso.
Nadie sabe nada de esto, son de esos problemas, que tienen una responsabilidad que cae exclusivamente sobre mí, y que nadie diría que yo podría hacer, se lo huelen, pero no lo afirman. Y él nunca sabrá mi nombre y apenas recuerda mi cara, todo lo que debe recordar de mí está en él. Pero sé que no se quedará así, si me lo encuentro con un grupo de amigos el que saldrá mal parado seré yo. Pero lo hice por ella, estoy seguro, que a parte de no acercarse más, no volverá a tratarla de esa manera, sino la próxima vez, no habrá próxima vez…
Porque cuando me tocan lo que quiero, soy capaz de cualquier cosa.

jueves, 3 de febrero de 2011

Y es entonces cuando el joven caballero, que ya no tiene espada, no tiene armadura y no tiene un caballo sobre el que montar. Sólo tiene cicatrices en su cuerpo por una lucha que no le ha llevado a nada. Es entonces cuando se sienta a descansar y se olvida de todo, por mucho tiempo, como las hibernaciones de los osos.