jueves, 20 de enero de 2011

RAS

Las luces estan apagadas. No hay nadie en casa. Sólo estás tú y la oscuridad. Si, lo recuerdas, un ejercicio hecho para hacer algo, para demostrar algo. Caminas por los pasillos con la mano en la pared a ciegas. Oyes el sonido de como rozan tus manos con el papel que envuelve la pared. Y te das cuenta de que sólo, se oye eso. Y es ahí, cuando no ves nada cuando tus pulsaciones empiezan a aumentar. Y es cuando tienes que poner en juego todo tu poder. El hecho de que te puedes chocar no es imposible, pero bastante improbable. Notas el frío del pasillo, es como si alguien hubiera dejado la puerta abierta. Llega un momento que tus dedos ya no rozan la pared y es entonces donde tienes que poner en juego tu intuición. Y es entonces cuando aunque sabes que no la hay, buscas nesesariamente un resquicio de luz, debajo de alguna puerta o ventana. Pero es de noche, no hay nada de eso. Los pasos son lentos y medidos y sin más, te tumbas en el suelo y mi espalda toca el suelo. Frío. Y recuerdas algo que siempre había estado ahí, sí, lo sientes ahí está. El frío te recorre por dentro, echabas de menos esa sensación eh ?. Acabais formandoos uno solo. Te das la vuelta y haces unas lentas flexiones, sí, definitivamente algo en tu interior te dice que echabas de menos esto. Al fin y al cabo es una parte de tí, por mucho que la gente se empeñe en que no está, siempre ha estado ahí. Al pasar un rato, preparas tu cena a oscuras, te duchas a oscuras y descansas a oscuras. Te has acostumbrado a la oscuridad, y es sorprendente como cambia las cosas desde el principio hasta el final de este ejercicio. La primera vez que lo hice, me pasó lo mismo. Al principio sentí mucha inseguridad, mucho miedo, porque ya no veía nada. Después mis sentidos se desarrollaron aproximadamente un 62% y es alucinante sentir, como tus popilas se disminuyen para volver a ver con más claridad, tus oídos captan cualquier sonido a metros a la redonda y lo mejor de todo es que ya no te invade ese miedo de saber de donde vienen, sabes de donde vienen,y el tacto se convierte en tu mejor aliado, se mantiene sensible total, pero a su vez se adapta a todo lo que toca. El olfato, ya no lo nesecitas, al fin y al cabo, ya no hay nada que oler.

Recordando los trucos de la vieja libreta, que pronto será reencontrada de nuevo. Y entonces sí, que ya no abrá nada que salvar.

"Frialdad es aquel sentimiento en el que aunque me busques, ya jamas estaré para ti, aunque necesites,te he dado la espalda, aunque implores por unos minutos de atencion,me he ido; frialdad es que me ames, pero para mi te hayas convertido en un simple recuerdo."

Lo recuerdas viejito? Sientete orgulloso, de lo que has creado.