martes, 25 de enero de 2011

LLUVIA

Correr bajo la lluvia, es una de las experiencias que más me gustan. Ponerme la capucha y tener el complejo de Rocky, sales a correr y no te acompaña nada más que el sonido de la lluvia, y el como pisas cada charco. s entonces cuando piensas en tu abuela y dices, mi madre, si me viera ahora le daba algo. Pero no te importa caer malo, ni cojer una pulmonía. Recuerdo que cuando era pequeño me gustaba mucho que lloviera, me ponía las botas de agua y el chubasquero con un gorro de capitan pescanova y me imaginaba que era un pequeño grumete. Hasta que llegaba mi madre y me pegaba dos tortas bien dadas y decía, venga a casa a ducharte, y yo me preguntaba porque me tenía que duchar, si ya estaba mojado. La lluvia me hace recordar que por muchas gotas que caigan, siempre abrá alguien que lleve paraguas y así fué como conocí a una persona que fue importante en mi vida, metiendome debajo de su paraguas. Mientras corres, se supone que tu temperatura corporal aumenta, pero cuando llueve tu temperatura corporal se mantiene y si pasas mucho rato se disminuye. Así es todo. Pero desde la hipotermia, la insensibilidad de mi piel ha hecho que el frío para mí no sea nada que me incomode, al contrario, disfruto de él. El frío, no existe, simplemente es la ausencia de calor. Mantenerse con los músculos en tensión cuando hace frío, sólo aportará más frío, hay que relajar, dejar que la sangre fluya.

Pensamientos enrredados mientras corres, un coche te acaba hechando un tsunami. Pero te da igual, los cascos cantan por tí con un cosculluela que insulta al coche. La música te motiva por dentro, un sonido fuerte que marca cada paso, el ritmo depende de la canción que estes escuchando, pero siempre sin dejar de avanzar. El recorrido de ida siempre lo improviso, pero suele ser largo, por eso siempre voy a correr solo, porque no me gusta que nadie me diga cuando tengo que parar. Supongo que representa mi gran independencia. Pero es entonces cuando se mantiene todo. Y te paras, miras a tu alrededor, y estás sólo, bajo la lluvia, viendo como tu vida se va consumiendo por dentro poco a poco. Y acabas sólo, mirando lo mucho que te queda por delante, y eso sí, siempre  te quedará, estarás tú y la lluvia...